Ya desde la antigüedad se observaron que diversas estructuras corporales permitían conocer ciertos caracteres definidos, así como predisposiciones a determinadas enfermedades mentales (lo que los médicos llaman temperamento). En cada rasgo físico puede hallarse una indicación del carácter, del mismo modo que cada indicación del carácter se refleja en los rasgos de la cara, en la forma de las manos, o en la escritura.
Formas de la frente, vista de cara
Ovalada: si la frente posee una forma ovalada, ello indica
que se trata de un ser soñador, imaginativo, que raras veces se detiene en lo
concreto; aunque este individuo se nos presente como un artista dotado de
inspiración, como un poeta, su producción es escasa y obra guiándose por la
intuición. Ama la independencia y es incapaz de someterse a cualquier
disciplina.
Cuadrada: el individuo dotado de tal frente es un ser
armonioso, juicioso, calculador y reflexivo, orientado hacia el lado práctico y
positivo de las cosas. De él no podemos decir que dé rienda suelta a su
imaginación y sueñe quimeras. Su carácter es duro y severo, pero demuestra
poseer gran sentido del deber.
Trapezoidal (ancha en la parte superior): esta
frente suele mostrar sienes abultadas; revela al artista que posee una
imaginación creadora, aunque sus ideas pueden ser confusas. Si las sienes se
presentan deprimidas denotan un ser con un espíritu sintético muy estrecho.
Otras veces, la frente ancha y abultada en su parte superior denota un ser
dotado de una tremenda mordacidad, con la que pone en ridículo a los demás.
Trapezoidal (ancha en la parte inferior): esta forma de
frente nos presenta un individuo poseedor de gran habilidad manual: puede ser
un técnico preciso y un fontanero mañoso. No carece de iniciativa y es un agudo
observador; posee asimismo buena memoria.
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