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sábado, 15 de diciembre de 2012

"Llamamos amor a demasiadas cosas". Antonio Gala

Lo mismo habla con ensoñación de temas eternos: el amor, la soledad, la vida, la muerte... que arremete sin piedad contra la Iglesia o los políticos. Es un maestro de la ironía exacta, de la pulla elegante.
 
Texto: Carolina Fernández

-El amor como tema literario. ¿Cuánto más se puede escribir sobre ello?-Yo creo que toda la vida. El amor es el riguroso protagonista de la vida humana. Si le quitamos el protagonismo estamos equivocándonos. El ser humano no es sólo el ser que sonríe, el ser que guisa, el ser que se peina. Es sobre todo el ser que ama.

-Pero el ser humano aún no ha entendido de qué se trata el amor.
- No, porque lo siente de una manera confusa y cree que es amor casi todo. Llamamos amor quizás a demasiadas cosas, pero por otra parte hay muchas cosas a las que no llamamos amor y sí lo son. El libro último, El dueño de la herida, es un poco la cara del amor que puede volverse oscura si no es bien entendido. El amor es siempre un puente levadizo y está en manos nuestras que el puente se levante y nos separe, o nos deje pasar hacia la otra persona.

-¿Se le podría dar al mundo una medicina que lo curase?- Eso no puede ser. Y si pudiera ser ya se habría hecho. Por otra parte, el mundo la ignoraría. Porque ¿qué es lo primero que tiene que haber para que el amor surja? La paz. El sueño del ser humano ha sido siempre la paz, desde que empezó la primera guerra, desde Caín y Abel ya empezó la paz a tomar cuerpo y a ser una necesidad. Pero ¿quién hace la paz? Pues nadie, porque existe siempre alguien que declara la guerra. La paz es el primer paso.
 
 

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