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miércoles, 21 de marzo de 2012

La Terapia Ocupacional en el niño hiperactivo

La Terapia Ocupacional basada en la Teoría de la integración sensorial puede resultar clave en la intervención del niño hiperactivo.
Con una detallada evaluación que incluye pruebas específicas sobre el procesamiento sensorial, con la observación del niño en sus diferentes ambientes y con cuestionarios para padres y profesores, el terapeuta ocupacional puede identificar los sistemas sensoriales afectados y preparar un programa de actuación de acorde con el perfil sensorial del niño. No todos los niños hiperactivos lo son por las mismas causas. Para algunos, la hipersensibilidad táctil es el principal problema; para otros, su hiperactividad tiene primordialmente un origen vestibular o bien una combinación de dificultades en varios sistemas sensoriales. Las actividades y adaptaciones contienen una alta carga sensorial, sobre todo de ámbitos propioceptivos, vestibulares y táctiles.
El niño que padece deficiencias en su procesamiento sensorial no percibe adecuadamente su ambiente y esto provoca que necesiten una rutina estable y previsible para poder funcionar correctamente.

Los cambios de sus horarios, de sus espacios físicos o de las personas que lo cuidan afectarán negativamente al niño que padece estas deficiencias. Es preferible que las alteraciones le sean anunciadas con antelación y, posteriormente, le sean recordadas a medidas que se aproximen.
Lo que mas caracteriza al niño hiperactivo es el exceso de movimiento, lo cual puede deberse a diversas causa. Dicho exceso de movimiento puede ser por un déficit en los sistemas vestibular y propioceptivo, responsables en gran parte del control postural, lo que hace que al niño le cueste mantener su cuerpo erguido contra la gravedad y busque continuamente apoyos de un modo u otro.
Es frecuente que estos niños adopten posturas de verdaderos contorsionistas mientras están sentados, envolviendo sus piernas alrededor de las sillas o que no consigan mantenerse sentados y se caen a menudo de sus asientos.
Algunos niños son hipersensibles a los olores y ruidos ambientales provocandoles una alteración en el comportamiento y el nivel de alerta. Es conveniente eliminar, en la medida de lo posible, los ruidos que puedan distraerles. En una escuela de montreal se tuvo la idea poner pelotas de tenis agujereadas en la base de todas las patas de las mesas y sillas para eliminar el ruido de los roces con el suelo. También es importante mantener cerradas las puertas y ventanas para eliminar el ruido exterior y controlar nuestra voz, procurando un habla suave y tranquilo.
Para algunos niños la proximidad de los compañeros puede ser una constante fuente de tensión por lo que controlarles las distancias, suele ser una eficaz manera de reducir la tensión vivida por estos niños.
En el caso del niño que tiene dificultad para controlar sus emociones y su nivel de actividad, premiar las ocasiones en las cuales consiga mantener la calma lo ayudara y le dará confianza en sí mismo. Pero hay que poner a su disposición estrategias eficaces para ayudarle a conseguir su objetivo y colaborar con él en el reconocimiento de su propio estado de alerta y como modificar ese estado.
En definitiva, el niño hiperactivo debe ser considerado no solamente desde un punto de vista psicológico y médico, sino también desde un punto de vista sensorial. La intervención del terapeuta ocupacional es fundamental para determinar cuáles son los sistemas sensoriales afectados, que estímulos sensoriales alteran negativamente el comportamiento y qué estimulos sensoriales pueden ayudar a mantener un nivel de alerta adecuado para la interacción y el aprendizaje.
(Isabelle Beaudry. T.O.)

Guia para padres:http://www.trastornohiperactividad.com/manual-tdah

 

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