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miércoles, 25 de septiembre de 2013

ADOLESCENCIA Y SALUD

Muchos jóvenes no otorgan importancia ni se preocupan de su propia salud. Pero una vez han alcanzado la mayoría de edad, son ellos los únicos responsables de este aspecto. ¿Cómo se les puede enseñar a hacerse cargo de su salud?
Hay una serie de objetivos que todo adolescente se marca cuando alcanza la mayoría de edad: obtener el carné de conducir, tener un trabajo o ir a la universidad. Convertirse en el responsable de la propia salud no es un objetivo que normalmente esté en esta lista.
Pero la realidad es que, cuando un joven llega a la mayoría de edad, ya es legalmente responsable. Una vez el hijo ha cumplido los 18 años, los padres no pueden tomar decisiones relativas a su salud sin su consentimiento. Incluso, si quieren obtener información por parte del médico, necesitarán el permiso del joven. Es posible que el joven, aunque tenga 18 años, quiera que los padres sigan tomando las decisiones relativas a su salud (sobre todo, aquellos que quieren tener tan pocas responsabilidades como sea posible). Sin embargo, cuando antes aprendan a hacerse cargo, mejor.
Hay una serie de consejos que los padres pueden transmitir al joven para que éste empiece a hacerse cargo de su salud:
  • Que participe en la conversación. Cuando el joven vaya al médico, es positivo dejarlo participar en la conversación. Es evidente que él sabe mucho mejor que sus padres cómo se siente o qué piensa sobre su salud. Por lo tanto, es necesario que responda por sí mismo a las preguntas que hace el médico.
  • Que plantee las preguntas. A menudo los padres entienden los conceptos relacionados con la salud de sus hijos mejor que estos, ya que se han informado previamente. Muchas veces, los padres se plantean preguntas diferentes a las que se pueden hacer los hijos. Hay que hacer entender a los jóvenes que sus preguntas son igual de importantes que las de los padres, y que no deben tener vergüenza de preguntar lo que quieran.
  • Que se asegure de entender las explicaciones perfectamente. Muchos médicos utilizan un vocabulario demasiado técnico y, a menudo, muchos de estos jóvenes no acaban de entender las explicaciones correctamente. Los padres suelen entender mejor a los médicos por la experiencia que tienen y por estar previamente más informados. Debéis aseguraros que el joven entienda claramente toda la información que se está discutiendo en la consulta, ya sean consejos de salud, pruebas que se tendrá que hacer, etc.
  • Que exprese lo que él considere importante. Muchos padres desconocen lo que realmente preocupa a sus hijos. Es importante, pues, animarlo a que exprese lo que siente, hable de sus miedos, de sus gustos, etc. Padres y médicos deben dejar que el joven forme parte de las decisiones.
  • Que se haga responsable de su salud. Tarde o temprano, el joven deberá hacerse responsable de su salud. Por lo tanto, es mejor que empiece a practicar lo antes posible. Si padece una enfermedad, es positivo que se le informe, que descubra qué puede hacer para conservar mejor su estado de salud, y que no dependa de los padres si debe tomar algún medicamento. Dependiendo de la edad y del estado de salud, puede ser una buena idea que el joven visite solo al médico, como mínimo, durante una parte de la visita.
 

En definitiva, se trata de su cuerpo y de su vida. Para concluir, es bueno recordar al joven que es necesario que se haga oír, que forme parte del equipo, que aprenda lo que necesita saber y que lo haga. Seguramente, no es tan divertido como sacarse el carné de conducir, pero seguro que a la larga lo agradecerá.

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